La espumita del café con leche dibuja espirales y formas.
El sol entra por la ventana mientras la cuchara revuelve el azucar.
Lo negro y lo blanco, la luz y la oscuridad.
La presencia y la ausencia, el día y la noche.
Los opuestos de la vida y el universo.
Todo cabe en una taza de desayuno, y se toma tibio a la luz de la mañana,
que hace que todo lo malo pase, desvanece a los fantasmas, termina con las pesadillas.
El miedo huye como un perro, con la cola entre las patas.
La imaginación se destapa y abre los ojos bien grandes.
Todo puede pasar, y todo es posible en una mañana de sol.
By Follie Violet
(Setiembre del 2005)
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